A mitad de camino, no sé si hago mejor en subir o en bajar. Me asusta tanto lo que conozco como lo que me queda por conocer. Veo tantas luces como sombras y su equisdistancia me impide decidir. Si te asomaras por uno de los extremos, entonces mi decisión tendría un sentido. Para tí o para mí. Pero no puedo prometerte nada.
Al menos desde aquí.
Escaleras en casa de la abuela Benigna, en Sierra de Fuentes.