
Detrás del tiempo, me estremece la perseverancia de unas agujas que giran eternamente buscando un final que nunca llegará.
Reloj gigante en el museo D'Orsay, París. Al fondo, la basílica del Sacre Cour.
Este blog existe porque existen los instantes, que son algo así como una imagen fija de un momento de nuestra existencia. Y existe porque existen las palabras, esas comunicadoras que se entrelazan para contarte cosas y para contar contigo...
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