Huí despaborido y no paré hasta que me flaquearon las fuerzas, y por segunda vez me sentí perdido por completo. Miré a mi alrededor y un pálpito me hizo dar el primer paso. Sabía que mis pasos me traerían al sur.
Y es que uno es de a donde va, no de donde viene.
Placa antigua de una calle del pueblo medieval de Granadilla, abandonada en plena actividad por la construcción de un pantano. Cáceres.
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