Hemos llegado bien. Aún sin casa hasta que encontremos trabajo. Mientras, nos las vamos apañando. Aquí las personas deben ser muy tímidas porque ni siquiera nos miran ni nos hablan. Tampoco nos sonríen, como tenemos costumbre nosotros. Claro que el idioma nos limita mucho. En cuanto tengamos algo os enviamos ayuda. La mirada blanca de los niños es lo más parecido a nosotros que hemos encontrado y nos da fuerza y ánimo. Besos para todos. Os queremos.
Barca en la bahía, en Puntales, Cádiz.
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