Esta vez te lo digo en serio, no me busques, que ya no estoy. A estas horas puedo estar bajo el agua de la ducha, o en la cocina, desayunando. O poniéndome el abrigo. Tal vez ya esté en la calle, o subido en el autobús, leyendo.
En todo caso, déjalo ya; no me vas a encontrar.
Y es que, la verdad, tenemos pocas cosas en común.
Excepto que, tal vez, yo también me ande buscando.
Marea de sábanas tras el despertar matutino de un día cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario